«Noches blancas», por PAUL AUSTER

No hay nadie aquí,

y el cuerpo dice: todo lo dicho

no debe ser dicho. Pero nadie

es un cuerpo igualmente, y lo que el cuerpo dice

nadie lo oye

excepto tú.

Nevada y noche. La repetición

de un asesinato

entre los árboles. La pluma

se mueve sobre la tierra: qué ocurrirá

lo ignora, y la mano que la sostiene

ha desaparecido.

No obstante, escribe.

Escribe: en el principio,

entre los árboles, un cuerpo vino caminando

desde la noche. Escribe:

la blancura del cuerpo

es del color de la tierra. Es tierra,

y la tierra escribe: todo

es del color del silencio.

Yo no estoy aquí. Nunca he dicho

lo que tú dices

que he dicho. Y, cada noche,

desde el silencio de los árboles, sabes

que mi voz

viene caminando hacia ti.

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